sábado, 27 de octubre de 2007

Bouf!

Primer escrito en estado de bourré (pardonnez-moi parce que je ne sais pas exactement comment c’est écrit ça…)
Je viens de una fiesta de estos franceses… Conozco ya unos cuantos. Varias fiestas en chez eux. Muy divertidas, siempre cargando la guitarra, siempre a jouer de lo lindo! Allá conocí a Barht (oui, oui, comme Barth Simpson, il m’ai dit le premier jour), y curiosamente yo ahora habito en la Rue Springfield…
Bueno, el tipo toca música francesa que es una maravilla. Y yo le acompaño con la flauta y la guitarra, y ya hemos tocado en algún pub, así en plan sesioncilla, y tan bien… Los hispanos que aquí nos hallamos no nos vemos apenas, nos conocimos el primer día nos dimos emails, teléfonos, direcciones, pero cada cual a su boliche, los franceses forman cuadrilla y van en grupos a tout lieu, y cuando Barth et moi allons a jouer, vienen todos! Tan majetes, hombre.
El otro día en una fête de esta gente, agarré un buen alcoholizamiento, los que me conocéis, sabéis que no acostumbro a empinar el codo, y con dos cervezas ya toi pa allá. Bueno, aquel día la lengua fluía a cuatro costados, inglés, francés, astrohúngaro. Cualquier lengua que hubierais querido parlar, yo hubiera hablado de Platón y metafísica con todos y a la vez. Sí, tantas conversaciones, y la sensación de enterarme de todo, absolutely!
Claro, eso es “lo que él cree que está pasando”, en realidad alguien me diría guanchufri mon ami, monracotur, rarararmon, y yo –igual hasta contestando en español- “ah, mais oui, bla bla bla- y tan pancho pa otra conversa. Es lo bueno del alcohol, desinhibe. Tira el muro mental que tenemos los que hemos estudiado lenguas y nos toca la timidez, vous me comprenez ? Y ambos entes alcohólicos, cada cual pa su casa pensando “jo, qué bien que he podido hablar con este hombre, no sabía que podía hablar francés tan bien”, y quizá él en la cabeza la charla que acaba de tener acerca de Baudelaire como primer simbolista, y yo pensando que hemos estado parlando del noble arte de atracar los barcos a los puertos de Bretaña.
Ogui, mon nouveau colocataire, dice que cuando estuvo en Brazil, que se ganó la vida como profesor de inglés, tenía un día a la semana que s’appelait “clase en el bar”, y se llevaba a sus alumnos a beber cerevisia, y alucinaba de cómo les afloraba a todos la lengua que ni creían que tenían en la cabeza… Así es. Noto que voy mejorando –sobretodo en francés, pero Mati, Álvaro, no me pongáis a prueba aún, please, que no sé tanto!-, pero cuando me tomo un par de vinos, o un par de cerevisias –siti compulsi, mis queridos filólogos de primero, TOD@S-, parlo que no me conozco…
Bueno, me voy a dormir. Me pondré alguna de las pelis recién descargadas que moran en mi ordenata –ah, qué gran descubrimiento PANDOSERIES, gracias, Armandito!-, aunque me quedaré sopinstan gallinablanca en quelques minutes, pero lo de enfrentarse a los fantasmas del alcohol, en soledad, en desarmonía, no mola…
¡Bueno, salud!

3 comentarios:

A. Rómar dijo...

Feliz resaca.

Muá

MarcoDjango dijo...

Eh... Aloja aloja, querido amigo... ¡Gracias! tuve una resaca feliz ;-)

Pcyb dijo...

a lo mejor por eso tienen exito los intercambios de idiomas en cervecerias