viernes, 16 de diciembre de 2011

¿Hola?

Canadá me manque... beaucoup. ¿Alguien puede oírme?

jueves, 1 de mayo de 2008

Jusqu'au le finito

Bon, en Montreal inicié este blog, hace 8 meses, en Montreal lo finiquito, o casi. Tomo el avión en 3 horas, y tras un viaje de más de un día (pues hago escala de otras tantas porciones de time express en Filadelphia) llegaré a la España Cañi.

Digo que "casi" mato el blog ya, pues creo que querré colgar una entrada en Madrid, cuando me lleve la tristeza. Creo que Colgaré el "Finito" Definitivo cuando esté alegre e inserto en el mundo de allá, que, de veras, si no fuera por vosotros, me costaría más reinsertarme (por vosotros y por el palacio real, remanso de paz madrileño, allá donde los halla).

Miles de gracias quiero derrochar sin mirar cantidad y en todos costados y direcciones, a todos los que me habéis leído. En especial a los que me habéis contestado alguna vez, por aquí o por Mail, pues anima saber que este artilugio de conexion barata e invisible, te mantiene unido a la gente que te importa....

No quiero hablar más, hay un barullo en mi boca (no es mal aliento. Bueno, un poco, m'acabo de levantar, hombre).

Chicos y chicas madrileños y de otras partes: mua mua.

m.

miércoles, 23 de abril de 2008

Con ánimo de ofender

Robo a Pérez Reverte las palabras del título, para decir que:

Esto se acaba.
No sé cómo ni cuando ni porqué, esto comenzó a acabarse, todo Canadá se introdujo en el raíl del desenlace, y hacia allá vamos.
No soy la misma persona.
Soy un otro.
Mi habla siento que es distinta. He hablado tanto francés aquí, pero aún así, mi torpeza para con las lenguas ha hecho que no lo haya depurado bien. Me siento un niño pequeño hablándolo, pero igual de feliz y agitado que un niño pequeño que comienza a hablar.
Mi español se ha suavizado. Lo hablo cada día, pero con compañeros de clase/amigos de la universidad, provenientes de Colombia, México, Argentina, Uruguay, Guatemala, República Dominicana, Canadienses (anglos o francos)… Me dejo alguien? Y con dos profesores españoles (uno de Madriz), pero claro, no voy a “quépasatronear” o “cagontóloquesemenear” con ellos, caramba. Con Ogui he suavizado mi español, pero no al completo, y ahora se pasea por la casa diciendo “te tiro un pedo en tu boca”, o “madre mía de mi vida y de mi corazón”, o “coño coño coño coño”, o “tetas descomunales” (esta última cita se la enseñé recogiéndola de Cien años de soledad), al comienzo, G.Márquez habla de unos marinos que chocaban en los arrecifes o acantilados, porque se quedaban embobados mirando sirenas de tetas descomunales. Ogui se partió de risa cuando se lo conté, y el hombre, desde su distancia lingüística, dedujo rápidamente que se trataba de unas tetas tan grandes, que se salían de la “comunidad”, coño, es cierto. Siempre asocié “descomunal” con Columna, no sé porqué, por la cadencia aliteratosa, pero en verdad viene de comuna, joer, hasta el otro punto del jodío globo he tenío que venir p’aprender eso, pardiez.
Con Queralt. Española, con ella sí que he seguido con mis “cagoenlamar” o “quéjodíotía,suputamadre” y tal…
Y con mi familia, Skype de mis amores…
En cualquier caso, dije que no me sentía la misma persona, y es así.
Reflexión espontánea: vamos a ver… En cada presente de nuestra vida (véase presente como ese espacio fisico-temporal en que uno toma conciencia de sí) parece que uno conoce cuanto va a conocer en toa su vida. Sí, ya sé, todos sabemos que vamos a conocer tantas cosas aún… Pero, qué narices, es la sensación que uno tiene… Es como si alguien te dice que te imagines un color inexistente, perdón, un color que no hayas visto jamás. Que imagines un color a parte de todos los que has visto. Haberlos haylos, que nuestra capacidad ocular no nos permita verlos, o que englobe en la misma gama la infinidad de colores que existen, es otra cosa. Es igual con las experiencias, o con la gente que uno va a conocer. Uno no puede deducir o saber a quien diantre va a conocer, y cómo tal podrá cambiarle la vida.
Ogui me ha cambiado la vida. Su perspectiva del mundo. Sus vivencias. Sus viajes e inquietudes. Su mundo espiritual, grande como pocos.
La universidad me ha cambiado la vida. La preocupación que hay aquí por los estudios de interculturalidad (en España estamos aún lejos de eso…), Canclini, Cornejo Polar, Lezama Lima, Mabel Moraña, Retamar, Rosa Montero (uy, cómo se ha colao esta en la lista, no, fuera inmediatamente), no Rosa Montero no, era broma; bueno, y etc. Pero quién hay en ese etcétera, asomando la calva por encima del resto: ¡Juan Goytisolo! Por Dios, ese sí me ha cambiado la vida!! Tanto que le dedico un párrafo sólo para él.

Goytisolo. Qué ha pasado con él en España?? No lo entiendo, es el mejor escritor vivo que tenemos hoy allá. Bueno, allá no, vive en Marraquesh, normal, lo echamos como a tantos otros que sólo querían opinar a cerca de la realidad, en tiempos en que no te dejaban opinar, sólo Dios y Falange, y dentro de eso tenías amplio mundo para expresarte (siempre a favor). Normal, gente como Goytisolo, socialmente tan evolucionado, no podía mezclarse con los españolitos y todos sus olés: agua y aceite. Pero haber vivido 50 años fuera de España, no ha impedido que sea el mejor escritor hoy en lengua castellana, para mí y para tantos. Leí, en un estudio acerca de él, que en los años 80, con el PSOE (la nueva izquierda española, pero con todos sus olés, caramba), hubo intento de insertar las obras goytisolianas en las universidades. Pero todos los olés al unísono se pusieron acordes para excluirlas con rapidez, pues, a pesar de todos los soes soeces o pepes pepitos, todos los olés de la una y otra España ahí siguen amigos, ahí seguimos en nuestros debates de si es legal o no abortar, de si son los toros morales (hombre, tendrán su moral, digo yo; que el torero sea un salvaje, y que debiera ser él el arponeado hasta morir desangrado, eso es otro cantar), de las guerras en el otro confín del mundo, del cambio de sexo (por cierto, ya lo costea la seguridad social), de si los homosexuales pueden o no casarse o adoptar niños (o niñas), de si las muchachitas pueden entrar con velo a los colegios (de los crucifijos nadie habla, olé), de que si este o el otro se quiere cambiar de nombre -nación, vaya nombre más raro… la verdad es que si conozco a alguien que se llame “nación”, me cago de miedo-, de si nos metemos en una u otra guerra, de que si mueren 192 seres humanos (perdón, españoles), de que si fueron unos o fueron los otros (ay, esta palabra, “otro” cuanto problema nos da, cuando debiera darnos tanta riqueza -cultural- y alegría -pero la “r” traviesa salta a veces del sitio de la palabra donde debiera estar, y en lugar de alegría, el “otro” nos da “alergia”-, de que si salimos de la guerra, de que sólo ayuda humanitaria, de que vale, cambiamos de gobierno y sacamos las tropas de, pero seguimos escoltando en el mediterraneo los submarinos USAsienses, de que si vamos en picado a la siguiente guerra propuesta desde la insulsa USA (da igual el gobierno que tengamos, que en una u otra nos metemos), y mientras, nadie se queja de que la seguridad social no paga el arreglo dental, y como yo soy pobre, me jodo y me quedo con mis dientes torcidos, eso sí, siempre me puedo cambiar de sexo, coño, que es gratis. Olé.
Goytisolo se ha convertido en mi mejor amigo, no me importa que le atraigan los jovencitos musulmanes, el tipo tiene la visión puesta muy en el futuro, sabe como será el mundo en 50 años, sus libros son la sociedad que será entonces, sólo que en el proceso tenemos cuestiones como los acontecimientos de El Ejido, pero somos tan subnormales que queremos pasar por toda esa mierda para llegar al fin, irrefrenable y maravilloso: La mezcla.

8 meses sin televisión. Y sigo vivo. Y no la extrañé. Eso sí fue curioso: resulta que dentro de mi cabeza tengo imaginación! Pensé que se había quedao en la niñez…

Perdí mi móvil, me lo olvidé en un sillón de la biblioteca (aquí hay sillones amplios y grandes en la biblioteca de la uni, pa dormir a las anchas de cada cual), y alguien lo afanó con avidez. Así que sí roban en Canadá, hay que llamar a los “cazadores de mitos”, pa que desmonten el mito de que aquí nadie roba ná. Porque si lo digo yo, que no salgo en TV, no me creerá ni el tato; Como canta mi amigo Cifuentes: “es el país, televisión, lo que tú mandes, mi señor”. Bueno, pues 8 meses sin móvil, refeliz. Aquí no es tan común que la gente no tenga móvil. Ogui no tiene. Carolina (à Montreal) non plus. Así que se puede vivir sin él, españoles, os lo digo, lo he comprobado! Ya, ya sé que es imposible de creer, pero intentadlo! Es como… A ver, se me ocurre una metáfora… a ver, dejémosla que entre: Como si alguien, algún presidente del mundo, no sé, que empiece por George y acabe por Bush (sólo digo el principio y el final, para asegurarme de que el servicio de “inteligencia” americano no se cerciore, no me gusta ir por ahí diciendo nombres) (hola, soy el del paréntesis anterior, es que entre aquel y este, he tenido un tiempo y un “espacio”, nunca mejor dicho, para reflexionar… Bueno, para los que no se hayan dado cuenta de a quien me refería, en medio lleva una W., uy que miedo, seguro que parte del arsenal nuclear del noreste estadounidense está apuntando a mi ano en estos momentos…). Bien, alguien que pudiera tener el control y poder tentacular esparramado por los cuatro costados de la esfera mundial (costados? Esfera?), imaginaos que decide implantar escafandras en los seres humanos. Y llenarlas de un líquido, como el de Abyss, que se puede respirar, pero no se ve bien a través de él. E igual que con el episodio de la pluma de Laurín (véase Niebla Roja, o léase mejor), se nos vende la idea absurda de que si no llevas escafandra (que por otro lado deforma la visión y el habla entre las personas) pues eres un margi, un nopudiente, un cacaculo, un pedo y un pis. Bueno, pues de pronto haces un viajecín, y las circunstancias te privan de escafandra (te la roban, haciéndote un magno favor), y te das cuenta de que existe el aíre puro (entre comillas), y que oyes mucho mejor a la gente, y que hablas mejor también. Así que, os lo aseguro, españoles y olé, que podemos vivir sin teléfonos móviles. Estoy tentado de volver a las señales de humo, aunque de eso harán negocio rápido, si viene algún Bill Gates que sepa meter mano en el asunto. (volveré a tener Móvil en Madrid, porque soy gilipollas. Amigos, no sean ustedes tan gilipollas como yo).

Qué más… Pues mucho más. Mis amigas Gabriela y Rosario: almas puras. Ven todo lo bueno de la gente, y a lo malo no suelen prestar atención, y si todo el mundo fuéramos así, ay… Me mudaría a ese mundo, sin duda. Mis queridas amigas mexicanas, no sabéis qué placer haberos conocido, y haber tomado tantas sopitas en el hindú tras la clase de Rosalía…

La clase de Rosalía. Una española que estudió en Salamanca, y se doctoró en USA. Vaya persona y profesora. genial (lo siento, Rosalía me riñe porque pongo “genial” en los trabajos, y eso no es lenguaje académico… Ya sé… Pero me riñe, y cito literalmente, “con todo el dolor de su corazón”, pues ella es más humana que profesora. Pero también es profesora, y buena). En sus clases uno aprende, lee, conoce a Goytisolo, y aprende a mirar el mundo de un modo distinto. No distinto, vamos, aprende a mirar el mundo, cosa que no solemos hacer, a causa de las escafandras, claro… “memoria colonial”, excelente asignatura, mil gracias, Rosalía.

Walter Moser. Otro señor cambiavidas. He tenido el indiscutible placer de tenerlo de profesor en el último año en que ejercerá, pues se jubila. Suizo, germanófono. Pero francófono, anglófono, lusitófono e hispanófono. Estudió en Madrid, en la complu, pero 40 años antes que yo. Ideas deslumbrantes, energía deslumbrante. Absolutamente correcto con lo que no está deacuerdo, y siempre escucha, aunque seas un alumno piltrafa que viene a la mitad de las clases, y sólo profieres sandeces, Moser te escucha, intentando aprender algo de ti. “Predica con el ejemplo”, dijo un carptintero en Nazaret. Así, Moser, con todos sus trabajos y renombre en el ámbito académico, muestra una humildad y curiosidad constantes, que para un alumno, es sin duda lo mejor que le puede acontecer.

Simón Rodríguez. Otro ser que me ha cambiado la vida. Fue profe de Bolívar allá en los inicios del siglo XIX. El tipo observó que el sistema escolar se regía sólo por la transmisión de conocimientos intelectuales a los niños. Pero no se les incentivaba a pensar por sí mismos. Ni se les sembraba la semilla de la inquietud. Ni se les ofrecía una enseñanza sincera, sin manipulación conveniente al estado (o al consumo y todas sus competencias), y un largo etc. El tipo diseñó una reforma educativa que no se llevó a cabo entonces, ni se lleva a cabo ahora. Quiero revisarla y reproponerla, a ver si la “izquierda” española y olé es tan “izquierda”, y menos española y menos olé, y acepta la propuesta de don Simón. Porque si es un cambio y mejora del sistema social lo que buscan, el esfuerzo mayor hay que hacerlo allá donde se están formando los que nos van a sustituir en la sociedad en un abrir y cerrar de ojos: los niños. La propuesta de Simón Rodríguez no triunfó entonces ni triunfará ahora, porque las leyes del mercado priman, y sus leyes desbaratarían el sistema actual, rehumanizarían en parte la sociedad, y eso no conviene, ni a peperos ni a Zperos, pues todos los olés que cargan -de una y de la otra España- son olés que, a fin de cuentas, sirven al mercado, y a ver quien es el listo que se compra un piso en Madrid, gobierne quien gobierne… Eso sí, el cafetito no sube de precio, no nos preocupemos, 80 céntimos “aproximadamente”, menos mal.

Distancia. Sí, eso es, distancia. Mi vida en Madrid era un barullo. Tenía muchas brechas abiertas, que no sabía si debía o no cerrar, o seguir permitiendo el paso de aguas ajenas araudales, inundándome a mí y a la vida que quiero tener. Desde aquí, sé las tres o cuatro brechitas que quiero conservar, y ensanchar si puedo (Dani, Luis Ángel, Fran, sois una), Inma (eres otra), (vosotros también, sabréis quienes sois, supongo); y también vi las que quiero ir cerrando poco a poco… Esto de aquí me ha ayudado a definirme. No está bien que hable tanto de lo que el tiempo, a fin de cuentas, se encargará de hacer, pero ya me conocéis, hablo por los codos (literalmente, ha sido costoso, y doloroso, pero me han implantado dos bocas en los codos, y ahora hablo por ahí. Esto del mundo capitalista, ya no saben qué inventar).

Inmita, otro párrafo para ti. Te quiero mucho, ya lo sabes. Las circunstancias abren riachuelos a ambos lados del camino. Uno a veces se inserta por alguno. Esos riachuelos van a mares. A océanos. A veces sólo te metes en otros riachuelos que vuelven a abrirse antes de desembocar en el mar. Y aún desembocando, también puedes costear los perfiles del mundo, mundo que no conocías, y remontar por otro río. A veces vas a caer en el mismo río. A veces no. Yo ahora navego con mi velerito, no sé pa donde voy, habrá que navegar un poquito más. Dentro del “nunca se sabe”, quiero decirte que te quiero, Inmita, y del río de la amistad no salí. Otros ríos, pues a ver qué trae la vida. (Está mal que hable de esto en público? Bueno, los que me leéis sois amigos -y supongo que algún que otro español y olé también-, así que, que importa!).

Y sobretodo, como dice CASE-O, os quiero a todos a mi modo.

Mua mua.

Muarcos.

martes, 22 de abril de 2008

El pedo bailarín

Atención, el primer ser humano que imita un pedo... Bravo, Ogui!!

http://www.youtube.com/watch?v=iv6x3ZaUPzA

Odiseas musicales... Capítulo VII

Para Gabriela, miles de gracias por tu amabilidad y gentileza.

http://www.youtube.com/watch?v=QSH8NjORZkg

Odiseas musicales... Capítulo VI

Il postino de Neruda... Tristeza... Turtles...


http://www.youtube.com/watch?v=d-VkDz4wLcw